Unplugged: realidad virtual y air guitar se dan la mano
De la mano de Vertigo Games y Anotherway nos llega Unplugged, un videojuego ya disponible en Oculus.com y Steam, que pretende ocupar el trono que dejó Guitar Hero, pero esta vez sin accesorios de plástico de por medio. Gracias a las cámaras de los dispositivos de realidad virtual y al reconocimiento de manos, el sueño de que uno de nuestros solos en una air guitar imaginaria se traslade a los altavoces nota a nota está más cerca que nunca. Y detrás de ello nos encontramos con un desarrollador independiente y un presupuesto reducido. Una apuesta tan valiente como arriesgada.
Bienvenidos, fanáticos del rock
Unplugged nos introduce en su mundo de la mano de Satchel, guitarrista de la banda de glam metal Steel Panther. Para aquellos familiarizados con el grupo, no hace falta decir que el humor está garantizado. Entre chascarrillos rockeros y vídeos de demostración se nos explica el objetivo del juego: usar nuestros dedos como controlador para seguir los acordes y ritmos que nos lanzarán las canciones y obtener la mejor puntuación que nuestra experiencia y nuestra coordinación óculo manual nos permitan.
El motor de RV de Unplugged se ocupará de rellenar el espacio entre nuestras manos con una guitarra virtual que nos acompañará en nuestros movimientos (hasta cierto punto). Con la palanca de vibrato podemos ajustar su posición para que mover los dedos por el mástil y rasguear las cuerdas nos resulten lo más natural posible. Lógicamente, el proceso de reconocimiento de dedos tiene sus limitaciones, y no gozaremos de total libertad para desatar al Steve Vai que llevamos dentro, pero, una vez superados los primeros pasos de su curva de aprendizaje y después de interiorizar la posición con la que mejor funciona el reconocimiento, la experiencia es fantástica, sin retrasos y muy fluida.
El reconocimiento de manos como eje central
Ya habíamos visto en otros títulos de realidad virtual, y no necesariamente lúdicos, que el seguimiento de las manos es clave para potenciar la sensación de inmersión. Por ejemplo, en las mesas virtuales de PokerStars VR, los gestos con las manos permiten encontrar patrones de juego de los rivales para anticiparnos a su estrategia, y en Beat Saber, título que comparte la vocación rítmica con Unplugged, los movimientos de las manos son clave para dejarse llevar por el sentido musical de las mecánicas in-game. Con Unplugged se da un paso más a la hora de convertir el reconocimiento de manos en el eje central de la mecánica de juego.
Unplugged no es perfecto, pero casi todas sus aristas se pueden pulir si los desarrolladores se esfuerzan en buscar soluciones. Una de las críticas más frecuentes que han recibido tras los primeros días desde su lanzamiento es la que se refiere a la forma de desbloquear todas las canciones. Se ha optado por un formato de desafíos que obligan a encadenar largos combos sin cometer fallos, lo que unido a que el control no siempre es infalible y nos fuerza a buscar la forma de que no cometa errores en determinados pasajes, puede desembocar en una experiencia frustrante. Es cierto que anticiparse a los errores de reconocimiento sufridos en partidas anteriores puede convertirse en un juego en sí mismo, y esta dificultad extra hace que completar una canción al 100 % se convierta en una experiencia tremendamente gratificante.
Canciones para todos los gustos
Como no podía ser de otra forma, la lista de canciones también ha sido objeto de debate. Es una tradición en los juegos musicales de guitarra que se remonta a la época del primer Guitar Hero. La selección es lo suficientemente diversa como para que todo buen fan de las seis cuerdas encuentre algo que le toque la fibra sensible, e incluye sin pudor temas de artistas tan diferentes como Offspring, Weezer u Ozzy Osbourne. Y sí, todo apunta a que no tardaremos mucho tiempo en ver packs de canciones a la venta.
Como primer título de lo que parece que puede ser una larga saga, las virtudes de Unplugged ganan por goleada a sus defectos. El reconocimiento de manos, no siendo perfecto, sí roza la excelencia, y que la experiencia de juego sea realmente divertida se debe en gran medida a ese método de control. Además, este título tiene otra baza a su favor: como ya sucedía con Guitar Hero y Rock Band, quedar con amigos para jugar por turnos sigue siendo igual de divertido, aunque uno de ellos tenga que jugar con un casco puesto.