Diseño circular: la fórmula que transforma los espacios en agentes de cambio
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El informe destaca materiales que están revolucionando el diseño global: desde plásticos reciclados tipo PET utilizados en tapicería y suelos, hasta biopolímeros derivados del maíz, la yuca y la caña de azúcar
Ciudad de México, junio de 2025 – En un planeta cada vez más afectado por la crisis climática, el diseño ya no puede permitirse el lujo de ser neutro. El informe Materiales en demanda y sostenibilidad: ¿qué está pasando? plantea un giro de timón en la manera en que concebimos el diseño de interiores: pasar de la estética al impacto, del uso lineal al ciclo continuo, del confort inmediato al bienestar regenerativo.
La propuesta parte de una premisa rotunda: la sostenibilidad no es una tendencia, es una responsabilidad estructural. La economía circular basada en maximizar los recursos y minimizar los residuos se convierte así en una herramienta estratégica para repensar cada decisión de diseño, desde la elección de materiales hasta la manera en que vivimos y habitamos los espacios. “Diseñar mejor no significa empezar de cero, sino optimizar lo que ya existe para generar valor ambiental y social a largo plazo”, señala Pepa Casado, Cofundadora de future-A y docente responsable de investigación de tendencias de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona,
México: diseño circular en una nación que transforma desde lo local
En México, la conversación sobre economía circular y sostenibilidad en el diseño ha ido ganando tracción, impulsada tanto por la urgencia ambiental como por la creatividad de actores locales. Según datos de la SEMARNAT, el país genera más de 44 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos al año, de los cuales menos del 10% se recicla eficientemente. Esta cifra plantea una oportunidad —y una necesidad— para el diseño regenerativo como herramienta de cambio.
Desde la arquitectura hasta el interiorismo, iniciativas mexicanas están demostrando que es posible diseñar con responsabilidad y belleza a la vez. Proyectos como Comunidad Vivex, que emplea materiales reciclados y técnicas tradicionales en procesos de autoconstrucción, o el trabajo de Colectivo Diseño Mexicano, que ha incorporado fibras vegetales y textiles recuperados en mobiliario y espacios efímeros, son prueba de que el diseño circular no es una utopía, sino una práctica en expansión. Un proceso complejo exige un profundo compromiso con el medioambiente y una convicción por crear soluciones que tiendan puentes entre el presente y el futuro, subraya la autora del informe.
El auge de materiales como los biopolímeros derivados del maíz, la yuca o el agave, así como el uso de plásticos reciclados y maderas certificadas, encuentra respaldo institucional en programas como “Cero Residuos” y el Padrón Nacional de Productos Sostenibles, impulsados por la Secretaría de Economía y Conacyt, que promueven una transición hacia modelos de producción y consumo más circulares en sectores como la vivienda, la construcción y el diseño industrial.
En este nuevo paradigma, el diseño deja de ser únicamente forma y función: se convierte en agente de regeneración ambiental, justicia social y resiliencia económica.
Del desecho al deseo: materiales que cuentan nuevas historias
El informe destaca materiales que están revolucionando el diseño global: desde plásticos reciclados tipo PET utilizados en tapicería y suelos, hasta biopolímeros derivados del maíz, la yuca y la caña de azúcar, con aplicaciones tanto en mobiliario como en impresión 3D. También se mencionan compuestos más saludables como el MDF libre de formaldehído, pigmentado con agua y de bajas emisiones, como el Fibracolour de Finsa.
Estos materiales no solo responden a criterios ecológicos, sino que impulsan una estética renovada: imperfecciones visibles, acabados artesanales, paletas de origen natural. Diseños que no ocultan su origen, sino que lo celebran. También Casado señala que “La economía circular, un modelo que busca reducir el desperdicio y maximizar el aprovechamiento de los recursos, emerge como una estrategia clave para redefinir la manera en que concebimos y construimos los espacios que habitamos”, señala.
Arquitectura regenerativa: del edificio al ecosistema
La sostenibilidad ya no se limita a lo que se ve. El enfoque regenerativo —presente en iniciativas como La Comunitat Habitacional o Mo de Movimiento— propone construir espacios que devuelvan más de lo que consumen, minimizando huella ecológica, reutilizando materiales y priorizando el bienestar colectivo.
Esto resuena con la visión de futuro de muchos diseñadores colombianos, que ven en la arquitectura y el interiorismo no solo un lugar para habitar, sino un espacio que educa, transforma y regenera.
Una nueva ética del diseño
Los datos globales respaldan esta dirección:
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El 85% de los consumidores afirma experimentar los efectos del cambio climático en su vida diaria (PwC).
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El 52% siente una conexión emocional con marcas sostenibles (Capgemini).
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El 30% se guía por la “lealtad ética”, permaneciendo fiel a aquellas empresas alineadas con sus valores (Emarsys).
Esto plantea un desafío y una oportunidad: no basta con parecer sostenible, hay que serlo de raíz. El greenwashing ya no convence. El diseño, como lenguaje cultural, debe ser honesto, regenerativo y emocionalmente coherente.