Atrévete a jugar con el enfoque. Recuerda que es un momento que guardarás para siempre. Puedes recrear esta popular pose y con ella, darle todo el protagonismo a tu increíble “roca”. El secreto en esta toma será estirar el brazo para así, lograr enfocar solo el anillo, y quedar en segundo plano, consiguiendo así cuna fotografía que envuelve a todos los presentes, resultando en un recuerdo muy emocional.
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