¡Quédate en casa y mantén distancia! Fue el enunciado que recibimos hace ya varios meses y de un día a otro nuestras rutinas diarias dieron un giro inesperado. La situación actual sobre la salud mental de las personas es un tema de mucha preocupación, llevamos un largo tiempo encerrados en nuestras casas, en medio de cuatro paredes, sin interacción con el medio ambiente. Lo que vemos, escuchamos, experimentamos en cualquier momento del día influye en nuestro estado de ánimo, sistema nervioso, endocrino e inmune. La naturaleza sana, calma, restaura, conecta y no estamos teniendo esa interacción.
Las plantas domésticas son una de las formas más accesibles y efectivas de mejorar el bienestar en espacios interiores. Está científicamente comprobado que trae beneficios a la salud y tiene efectos psicológicos positivos. Las plantas ayudan a la filtración del aire a través de la fotosíntesis, proceso que se lleva a cabo durante la mañana, aprovechando la luz solar; según estudios de la NASA, remueven hasta 87% de las toxinas del aire en 24 horas. Humidifican el ambiente, ayudando a que respiremos mejor. Reducen el ruido en lugares cerrados, absorben gases nocivos y partículas químicas, las cuales son procesadas por las plantas y transformadas en nutrientes con ayuda de unas bacterias ubicadas en las raíces.
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